Deficiencia de yodo
El yodo es un elemento esencial que, desde el punto de vista nutricional, se requiere en cantidades traza. En su metabolismo intervienen la tiroxina y la triyodotironina, hormonas de las glándulas tiroides
que contienen yodo. Su deficiencia es relativamente frecuente en zonas
alejadas de la costa (cuando la dieta contiene pocos derivados de la
pesca) o en zona montañosas (cuando se consumen productos vegetales
cultivados en suelos pobres en este elemento). La deficiencia de yodo produce bocio (llamado bocio endémico), y también cretinismo, lo que afecta al crecimiento normal y produce otros problemas de salud.
En algunas de estas regiones, para mitigar el déficit de yodo, se
enriquece la sal de mesa o sal con pequeñas cantidades de yodo en forma
de sal yodada. Esta sal contiene yoduro de sodio, yoduro de potasio o yodato de potasio. En otras zonas con deficiencia de yodo también se agregan estos compuestos a los alimentos, tales como harina, agua y leche. Las algas y los pescados blancos son una buena fuente de yodo.
Una baja concentración de tiroxina (T4, una de las dos
hormonas de la glándula tiroides) en la sangre, inducida por una dieta
pobre en yodo, da lugar a niveles elevados de la hormona TSH,
que estimula la tiroides a aumentar sus procesos bioquímicos; el
crecimiento y proliferación celular producen la característica hinchazón
o hiperplasia de la glándula tiroides, o bocio. El comienzo del uso de
sal con yodo a partir de la década de 1920 ha eliminado este problema en
muchos países desarrollados; sin embargo, en Australia, Nueva Zelanda y
varios países europeos, la deficiencia de yodo es un problema de
relevancia que afecta la salud pública.
El problema es más frecuente en las naciones pobres. Las iniciativas
para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares han influido
sobre la reducción del consumo de sal en la dieta, lo que junto con la
tendencia a consumir mayor cantidad de alimentos procesados preparados
con sal no yodada implica que es menos probable que las personas puedan
incorporar yodo a través de su consumo de alimentos.
Se define al bocio como endémico cuando afecta a más del diez por
ciento de la población de una región; en la mayoría de los casos el
bocio puede ser tratado mediante el suministro de suplementos de yodo.
Si no se trata el bocio por períodos de unos cinco años, los suplementos
de yodo pueden resultar ineficaces para reducir el tamaño de la
glándula tiroides ya que la misma ha sufrido daños irreparables. también
se presenta por falta de consumo de sal una inflamación aguda en la
parte baja del cuello es más vista en la pasrte sur del continente
africano
Cretinismo
La deficiencia de yodo es la principal causa de retraso mental, produciendo reducciones del CI de entre 10 y 15 puntos. Se ha especulado que la deficiencia de yodo y de otros micronutrientes podría ser un factor que explicara las diferencias de CI observadas entre distintos grupos étnicos: ver raza e inteligencia para una discusión más detallada sobre este controvertido punto.
El cretinismo es una condición asociada a la deficiencia de yodo y al
bocio, caracterizado por lo general por deficiencia mental, sordomudez,
estrabismo, trastornos posturales y de la marcha, retraso en el
crecimiento e hipotiroidismo. Paracelso fue el primero en hacer notar la relación entre padres con bocio e hijos con retraso mental.[cita requerida] Como resultado de una dieta restringida, aislamiento, endogamia,
etc., así como bajo contenido de yodo en la comida, los niños
presentaban con frecuencia posturas corporales peculiares y facultades
mentales retrasadas, una afección relacionada más tarde con la
deficiencia de la glándula tiroides. Diderot, en su Encyclopédie de 1754, describió a estos pacientes como "crétins". En francés, el término "crétin des Alpes" también se extendió, ya que dicha condición se observó en los remotos valles de los Alpes en particular.
Impacto local
Ciertas áreas del mundo, como consecuencia de deficiencias naturales y
de pasividad gubernamental, están severamente afectadas por la
deficiencia de yodo, la cual afecta aproximadamente a dos mil millones
de personas en todo el planeta. Es particularmente común en Holanda, el Pacífico occidental, el Sudeste de Asia y África.
El caso de la India es el más impresionante, con 500 millones de personas afectadas por la deficiencia, 54 millones con bocio, y dos millones con cretinismo. China y Kazajistán, entre otras naciones afectadas, han empezado a tomar cartas en el asunto, mientras que Rusia
aún no lo ha hecho. Para que las campañas para la adopción del uso de
sal yodada tengan éxito se requiere educación y regulación de
productores y vendedores de sal y una campaña de comunicación
dirigida al público, al comercio de sal, a los políticos y a los
productores. El coste de añadir yodo a la sal es insignificante.
La carencia de yodo ha estado durante varias generaciones restringida
al mundo desarrollado, pero las reducciones del consumo de sal y los
cambios en las prácticas de procesamiento de la leche eliminando el uso
de desinfectantes basados en yodo han llevado a un aumento de la
afección en Australia y Nueva Zelanda en los últimos años. Existen
expectativas para que durante el año 2009 se adopte como obligatorio el
uso de sal yodada en la mayoría de las fábricas comerciales de pan.
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