10 razones para no tomar alcohol
De acuerdo a un estudio realizado por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2007, el consumo de bebidas
alcohólicas en América Latina es superior que en otros lugares del mundo por lo
que los latinoamericanos se encuentran en mayor riesgo de sufrir daños a la
salud. Si bien el consumo de este tipo de bebidas es un factor de integración
social y convivencia, el abuso de éstas puede provocar, directa o
indirectamente, afecciones fatales. Así pues, existen varias razones para no
beber alcohol. Aquí les presentamos diez de las más importantes para tomar en
cuenta.
El
abuso del alcohol genera violencia
El abuso en el consumo del alcohol reduce el
autocontrol y la capacidad para procesar la información del individuo,
disminuyendo su habilidad para reconocer signos de alerta en una situación
violenta. El bebedor pierde consciencia de sus actos y llega a la violencia
fácilmente ocasionando daños a otros, sobre todo a los seres más cercanos.
El
alcohol y el volante no son buenos amigos
Aunque parezca anuncio preventivo, el alcohol y
los vehículos no son buenos compañeros. El consumo exagerado de bebidas
alcohólicas, afecta varias funciones del organismo fundamentales para que los
conductores estén alertas. Al consumir alcohol los movimientos son más lentos
por lo que el tiempo de reacción disminuye, se pierde la noción de la velocidad
y la coordinación de los movimientos. Además afecta la vista disminuyendo el
campo visual. Todas estas reacciones pueden ser causantes de accidentes con
consecuencias fatales, no sólo para el conductor y los tripulantes, sino
también para los demás automovilistas.
Relaciones de alto riesgo
Se ha comprobado que el consumo de alcohol
incrementa el impulso del deseo sexual debido a que relaja y desinhibe
conductas, por lo que el consumidor pierde el control de sus emociones. Si bien
tener relaciones sexuales no significa mayor riesgo, la situación se complica
cuando al consumir grandes cantidades de alcohol el individuo no piensa en los
peligros del sexo sin protección, por tanto puede contraer un sinfín de
enfermedades de transmisión sexual incluyendo el SIDA o el Virus del Papiloma
Humano.
El
alcohol durante el embarazo puede dañar al bebé
Un bebé puede sufrir alteraciones y daños en el
organismo desde antes de nacer. Si una mujer abusa del consumo de alcohol
durante el embrazo puede afectar al desarrollo del bebé, causándole síndrome
del alcoholismo fetal, provocando un crecimiento deficiente del niño,
disminución de tono muscular, mala coordinación y problemas del pensamiento, el
lenguaje o las habilidades sociales.
El alcohol como droga
El alcohol tal como las drogas puede generar
dependencia, tolerancia o síndrome de abstinencia, por lo que una vez que se
convierte en una adicción es difícil de erradicarla. La dependencia se refiere
a la necesidad de seguir consumiendo la bebida porque genera placer o reduce un
malestar; la tolerancia es la resistencia que genera nuestro cuerpo al alcohol
y por tanto cada vez necesita más para sentir el mismo efecto; y finalmente el
síndrome de abstinencia se produce cuando se deja de consumir alcohol de manera
súbita y se manifiestan síntomas como temblor, sudoración, taquicardia y
ansiedad.
Daños al
corazón y al cerebro
El abuso del consumo de alcohol trae consigo
trastornos cardiovasculares que van desde alteraciones del ritmo cardiaco,
hipertensión, muerte súbita o accidentes
Cerebro vascular que se originan cuando el flujo
de la sangre no llega al cerebro, provocando un derrame. Algunos de los
síntomas de este tipo de accidentes son: dolor de cabeza, cambio de lucidez
mental, en la audición, en el sentido del gusto y en la sensibilidad --es
decir, afecta al tacto o a la capacidad para sentir dolor.
· Trastornos digestivos
Consumir en exceso alcohol puede tener como
consecuencia afecciones de tipo digestivo en diferentes niveles como: reflujo,
hernia hiatal, gastritis, úlcera de estómago, pancreatitis, falta de vitaminas
y proteínas, así como alteraciones hepáticas como el hígado graso o la cirrosis, todas ellas enfermedades que si no
son detectadas y controladas pueden ser fatales.
El
alcohol puede traer problemas de memoria
El consumo de alcohol sin control también puede
causar daños en el sistema nervioso, provocando sensación de debilidad muscular
y dolor o calambres en brazos y piernas. Además, puede provocar la enfermedad
de Wernicke afectando el pensamiento, los sentimientos y la memoria. Aunque
este mal es tratable y reversible, si no se detecta a tiempo puede progresar en
el síndrome de Korsakoff que no tiene cura y en el que, aunque parezca que la
persona está mentalmente sana, manifiesta problemas para aprender y memorizar
principalmente.
Existe una relación directa entre al alcohol y
el cáncer
De acuerdo a la OPS el consumo de alcohol en
grandes cantidades está relacionado directamente con el desarrollo de
enfermedades como el cáncer. En América Latina, los tipos de cáncer más
reportados debido al exceso del alcohol son: bucal, de esófago, de colon y
recto, hepático y de mama.
La
dependencia física al alcohol
El alcoholismo es una enfermedad en la que el
individuo tiene una fuerte necesidad de ingerir alcohol, al grado de ser una
dependencia física. Una persona alcohólica no conoce límites sobre su consumo y
afecta a todo su entorno. Además de provocar daños a la salud, violencia y
adicción, el alcoholismo obliga al individuo a aislarse de la sociedad y la
familia, trayendo consigo depresión y ansiedad. Esto lo puede llevar a beber
más, creando un círculo vicioso del que es posible salir con ayuda de
profesionales y el apoyo de los seres queridos.
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